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TRAMPANTOJO
Cielos hay por todas partes que juegan a enredar las miradas y vuelven locos a los hombres con cantos de sirena.
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SUEÑO
No puedo contar ovejas bajo las sábanas como todo el mundo. Sólo amaneceres diáfanos me sirven para atrapar el sueño.
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MAÑANA
Al acostarme en ciertas noches de viento, si la lluvia dibuja en las ventanas, me aborda un temor necio de pronto, y te abrazo mientras duermes, y me abandono en mirarte por si mañana no despierto.
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LA VELETA
La veleta del campanario hace tiempo que no señala los vientos y se mantiene tozuda sin hacer caso a las nubes. El otro día se movió un poco, sólo un poquito, cuando la enfilé con mi tirachinas.
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EL CAMINO
De tanto andar mirando hacia arriba me perdí mucho de lo de aquí abajo y me dolió aquel día que olvidaron mis pies el camino de regreso a casa.
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HUIDA
Sólo éramos niños abriéndonos hueco en la corriente del tiempo. Helados nuestros dientes, mirábamos hacia atrás de reojo, huyendo de ese miedo que galopaba detrás de nosotros, hostigándonos en desigual partida, siempre sin decidirse a atraparnos.
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JIRONES
Hace tiempo se me cayó el último diente con el que masticaba despacio la vida. Desde entonces, sólo puedo sorber jirones de nube.
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FOTOS
Por prescripción facultativa salí a a dar paseos mañaneros y retrataba las nubes a falta de otra cosa. Esquivas al principio, son ellas ahora las que me llaman, se amontonan, se enredan para la foto, y se enfadan si se me olvida la cámara.
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CHARCOS
Se reflejan en los charcos las caras de las nubes y hacen muecas a los niños, que escapan asustados.
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URGENCIA
Llevábamos el riesgo de polizón atado al cinto, remendado a los bolsillos como un amigo silencioso, convencidos de la urgencia por devorar los días, deslenguados, febriles, que para ser avasallados ya vendrían otros tiempos.
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ATAJO
Por ahí, hacia delante según se mira, hay una senda que no es camino sino atajo, pero ya hace mucho que nadie lo toma y está descuidado, porque aunque corto dicen que es aburrido, que te entra la morriña de pronto y llegas llorando a los sitios.
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LAS SILUETAS
Era en ese momento, ni de noche ni de día, que una bruma sucia y espesa traía olor de velatorio a los campos y todo se mostraba a los ojos a medio hacer, como veladas copias de lo que una vez fueron.
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EL GRITO
No estaba aquel día el cielo para otra cosa. Lo veía venir y me dejé llevar. Grité de lo lindo, sin medida, reventé a gritar porque me salió el hacerlo, porque me vino la rabia, porque trajeron por aquí hace tiempo de paseo al abuelo y no regresó a casa.
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EL PALOMAR
Donde estaba el palomar de Fabiano han colocado cinco paneles anunciando el futuro, pero nadie supo ver que las palomas desahuciadas son tercas y ahora van a cagarse allí donde antes dormían.
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EL CIELO
Matías nació con el iris variable en la mirada. El color de sus ojos dependía de la hora y el tiempo atmosférico. Aquella tarde que murió, el cielo no estaba en su sitio, y los niños del pueblo fueron a buscarlo a casa del viejo.
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EL MAR
A veces desde la llanura se oía el mar. Era en esos días claros de invierno, que una brisa caprichosa llegaba desde lejos, y nos frotábamos la cara con las manos para quitarnos la sal.
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LA NIEBLA
Más de un día desperté al amanecer, extraviado en aquella densa niebla que nacía sin orden ni acierto del interior de las casas hacia fuera, y se escindía en harapos hasta desaparecer por los tocones de los árboles y las madrigueras.
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VÉRTIGO
Como una cosa tonta me mareé el otro día al contemplar el cielo en tu mirada, y admitir a mi pesar, la tiranía del tiempo.
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EL VIENTO
Alguien le vio afuera dándonos la espalda. Tenía los brazos en cruz como si sufriera una purga y la cabeza inclinada aguantando el envite. Nadie dijo nada cuando la tierra se separó de él y quedó allí a lo lejos, como una mancha pintada en las nubes.
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EL POEMA
Regresé allí para anudar la memoria, y encontré regueros de miguitas con hedor a olvido. También aquí el tiempo había escrito su poema.
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HAMBRE
Se veía en algún enjuto amanecer que el cielo tenía hambre, porque más de un pájaro se hundía en las nubes para no volver.
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EL PESO
Erguido intento caminar bajo el cielo, pero no me sale fluido si me espían las nubes, y vuelvo a encorvarme sin quererlo, más pronto que tarde.
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EL ALBA
Tarda en llegar el alba a veces más de lo esperado, y las sombras aprisionan la vida, que bracea por soltarse como un cangrejo en el retel.
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PESADILLAS
No tengo miedo a las pesadillas que trae consigo la noche. Las peores, las de verdad, llegan con las primeras luces, al despertarme.
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LA CITA
Esperaba algo más de aquella cita bajo el roble, que oír por enésima vez eso de “te quiero como a un amigo".
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EVASIÓN
No era importante el color del cielo o la forma de las nubes, sino evadir la mirada del tumulto de aquí abajo.
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APARIENCIAS
Aparentemente el día estaba de buenas y no se veían sombras en el cielo.Aparentemente el señor Eugenio dormitaba, sentado a la puerta de la cuadra, y los cuervos que le rondaban sólo estaban de paso.
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ENCUENTRO
Bajo un cielo de color raro como el olvido en las enredaderas, me crucé una vez del revés contigo, escogiendo camino, olfateando las piedras.
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ANHELO
Algún día, tal vez ya de viejo, pruebe a mirarte a los ojos de nuevo, bajo el amplio abanico de un amanecer cualquiera.
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LA MEMORIA
Desde el filo de la memoria, aún recuerdo aquella risa perfecta del niño que jugaba al amanecer entre las sombras.
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MUCHO
Hace mucho que no alzo la vista al cielo pero mucho más que el cielo no se fija en mí.
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CORAJE
A falta de coraje para maldecirlo, paseo la mirada mansamente por el cielo, como un perro adorando a su amo.
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SENTENCIA
Asistíamos por primera vez a la ejecución de una sentencia: La noche iba a ser descoyuntada.
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MIRADA
Borrosa despierta al amanecer la mirada, inquieta, con la desdicha de haber abandonado la seguridad del sueño.
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DESPEDIDA
Debió ser este u otro cielo parecido el que, insolente, anunció tu despedida.
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CONVERSACIONES
De siempre ha dado el cielo conversaciones animosas, de esas que si bien no hacían amigos, al menos no los perdías.
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PRESAGIO
Tuve una mañana de triste horizonte, el presagio de que incluso el cielo en mi vida sería fingido.
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TRAZOS
Aún sabiendo que ando escaso de memoria, juraría ya haber visto en otro tiempo esos trazos de ahí arriba.
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HOGUERA
Escucho a menudo las nubes, como brasas de una fastuosa hoguera.
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DESPOJOS
Quedan tras el caos y la barbarie despojos esparcidos por el cielo como restos de naufragio.
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INMENSIDAD
Tan arrogante era la inmensidad que no había cielo capaz de someterla.
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DESCARTES
Extraño, sobre todo, aquel viento viejo que traía descartes de nubes a morir sobre los campos.
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IMPOSIBLE
Bien pudiera suceder que uno despertara creyéndose aún dormido, porque había cielos imposibles a esas horas.
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ECOS
Según de donde arreara el viento podía escucharse a veces un revoltijo de ladridos, pisadas, risas y algún llanto, que sabíamos de otro tiempo, cuando no quedaron hombres en el pueblo.
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CALMADO
Calmado procuro estar a pesar de todo, para que mi cabeza no reviente como esos cielos doloridos.
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RENDICIÓN
Hubo una última caricia, tal vez una sonrisa, un gesto de ternura grande o pequeño; y te abrazaste a la tormenta.
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LEYENDA
Tiempo era de olvidar las afrentas, enlazar las miradas y quizás, amarse bajo aquel cielo de leyenda.
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Proximamente
JIRONES es una colección de momentos captados en las primeras horas del día, cuando la luz juguetea y divierte la mirada del que observa; instantes casuales arrebatados al azar, captados en el transcurso de innumerables paseos al amanecer, surgidos de la necesidad de abrazar el tiempo, ofrecidos en última instancia a tu curiosidad.
JIRONES es un juego creativo a dos bandas que nace de una amistad que crece cada mañana, de la complicidad a distancia de dos personas que se conocen y se comunican por la red, de dos miradas que se entrelazan y se complementan con el fin de aunar lo visto y lo leído, lo vivido y lo recordado, un caminante que atrapa lo efímero y un hacedor de textos que junta palabras.
JIRONES es un experimento surgido de la voluntad de compartir momentos íntimos en la red, con el que se pretende animar a la reflexión y ayudar al descubrimiento de un espectáculo maravilloso, accesible para todos pero siempre único, siempre distinto, que ocurre cada día frente a nosotros y que, esto es lo mejor, es completamente gratis.
JIRONES es una invitación a mirar a nuestro alrededor en busca de la belleza, de la vida, buscando el recuerdo de los seres queridos o de cosas que nos recuerden a ellos. Una invitación a invertir nuestro tiempo en observar todo aquello que no se puede comprar porque no existe suficiente dinero para pagarlo.
JIRONES es, por último, una propuesta de hacer las cosas despacio, de reducir la velocidad, de ir a los sitios caminando, paseando por una vida que son dos días y uno ya pasó.
PEPE JORDANA, Madrid, 1966
He jugado con cámaras desde que tengo recuerdo. Mi padre me enseñó a disparar y a exponer con su vieja y pesada reflex. Me fascinaba capturar cosas y llevármelas encerradas en un negativo. Me gustaban los nervios de la espera, la adrenalina al ir a recoger el resultado. Aprendí a revelar y ampliar. Un trabajo solitario, ensuciarse las manos, maravilloso.
Trabajé en Contifoto, el primer banco de imágenes español, con Giovanni Ferrari, que siempre llevaba una cámara y carretes en la guantera del coche: “Si se estrella un avión delante tuyo, que no te pille sin película”. Empecé a vivir con una mochila pegada a la espalda y una Nikon FM2 con un juego de lentes que compré a un fotógrafo que se divorciaba y necesitaba dinero.
No paraba de disparar, un poco a lo loco: viajé por Europa cazando niños y bicicletas, medio año por los parques naturales de California… me fui directo a Nature con mis diapos y un director de arte muy amable se empleó a fondo en explicarme la diferencia entre aquellas fotos mías y las de Ansel Adams. Dejé de hacer fotos.
No dejé de llevar cámara, por si se estrella un avión delante mío. Me compré la primera IXUS analógica y luego he tenido otras tres IXUS digitales. Siempre con una en mi riñonera. Hasta que tuve un teléfono que hacía fotos. Ya no necesitaba llevar cámara. Ya no hacía fotos.
Justo después de morir mi padre un médico me recetó andar, de lo gordo que estaba. Así que empecé a dar un buen paseo todos los días. Salía de casa a oscuras y volvía con luz. Una mañana, el cielo me hizo sacar el móvil y disparar. Decidí obligarme a reportar mis caminatas con una foto al día. Mil amaneceres después, aquí está la prueba de que Gianni tenía razón, aunque afortunadamente nunca me caigan aviones delante: siempre hay que estar preparado para la foto.
Pepe fundó prosopopeya producciones donde trabaja como productor audiovisual.
DAVID ARGÜELLES REDONDO, Valladolid, 1969
Desde bien temprano empecé a disfrutar de la cultura a través de la música, la literatura y el cine, teniendo como referencias fundamentales a John Lennon, Oscar Wilde y Charles Chaplin. Tal vez porque lápiz y papel era lo que tenía más a mano, fue a lo que dediqué mi empeño y mi imaginación de niño, y en lo que aún continúo.
No fue hasta el año 2006 que hallé un estilo, no voy a decir propio, pero sí que me permitió explorar las posibilidades que me ofrecía. El microrrelato, relato breve o historias mínimas, como a mí me gusta llamarlas, es el formato en el que exploro las posibilidades de la palabra, y de todo ello surgió a finales del año 2012 el libro “Guijarros” publicado por la editorial Pol-len.
Mi colaboración desde hace años con el festival de cortometrajes de Aguilar de Campoo me ha permitido conocer a muchos profesionales del medio audiovisual. En diciembre de 2011 vino a estrenar un cortometraje (link) un director que, un año después, me propone que ponga textos a unas fotos suyas de amaneceres para, si el resultado es aceptable, una posible exposición. Y hasta aquí. De momento.
VIRGINIA LLERA es la culpable de todo esto, cosa que le agradeceremos eternamente. Directora y productora de cine que regenta un bar castizo en pleno Lavapiés, El gallinero, tuvo la simpática ocurrencia de hacer una exposición con las fotos que veía aparecer en facebook cada mañana. El paseante dudaba del valor plástico de las instantáneas y le propuso al juntador de palabras que aportara un segundo nivel de lectura. Así nació JIRONES.
CARLOS POLO es un realizador y director que además hace webs (web). Cuando le pedimos ayuda para hacer un sitio web teniendo en mente vladstudio.com, hizo esto que estás viendo. No hace falta decir mucho más. Gracias a él, ahora ver y leer nuestros JIRONES se asemeja mucho a pasear. Ha conseguido hacer un sitio disfrutable, experiencial, sensorial. Eterna gratitud.
EL FESTIVAL DE AGUILAR DE CAMPOO (web) fue el siguiente cómplice en esta historia. Acostumbrados a bucear en el océano del cortometraje para traer hasta la pequeña localidad palentina lo mejor de la cosecha internacional de cine corto, descubrieron en su propia casa a un hacedor de historias mínimas pero enormes, porque en los GUIJARROS de David Arguelles hay cientos de guiones escondidos. Cuando los guijarros saltaron convertidos en JIRONES sobre las fotografías de Pepe Jordana, un enamorado del Festival de Aguilar que lo ha visitado como director, como productor y como jurado, la conexión era evidente y el Festival decidió apoyar la primera exposición pública de JIRONES y convertirlo en exposición itinerante para todos los festivales que quieran acogerla.
LUCAS FIGUEROA (web) es un gran cineasta y mejor persona. Autor de la película más premiada de todos los tiempos según el Libro Guinness de los records, Porque hay cosas que nunca se olvidan, decidió destinar el premio económico obtenido en Aguilar a financiar la primera exposición de JIRONES. No sabémos como agradecérselo así que le dejaremos quedarse algún jirón de nube o algo. Gracias Lucas.
RAMÓN BERMEJO es un músico gallego que gusta de caminar mirando hacia arriba, como nosotros. Le habló de los JIRONES a GERMÁN DÍAZ, organizador del Congreso internacional de observadores de nubes y surgió la que será nuestra tercera exposición, entre meteorólogos, poetas, músicos, filósofos y demás aficionados a mirar el cielo.
NOS ENCANTA COMPARTIR NUESTROS JIRONES. Puedes descargártelos y usarlos como fondo de escritorio o salvapantallas. De momento tienes que ir uno a uno, usando el icono de la parte superior derecha de la pantalla. Pronto tendrás la opción de descargarte toda la galería de un plumazo. Estamos en ello.
QUEREMOS VER NUESTROS JIRONES EN PAPEL. Queremos que puedas encargar aquí un libro con todos ellos. Queremos que puedas personalizar el libro con una foto tuya y una dedicatoria, si quieres regalárselo a alguien. Pronto será una realidad. Estamos en ello.